jueves, 6 de mayo de 2010

Algunos ejemplos de los trabajos que aparecerán en la Revista.









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Crítica de la película:

“El día después de mañana”


Cuando 3 meteorólogos, tras sus investigaciones, se dan cuenta que algo está pasando con el calentamiento global, tratan de advertirle a la ciudad de Los Ángeles que hay posibilidades de grandes cambios climáticos. Nadie, ni el mismo vicepresidente hicieron caso de las alertas que dieron del clima, ya que los hechos indicaban que todo sucedería dentro de 100 años, pero las cosas se adelantaron y ya era demasiado tarde para huir de la pesadilla que iba a comenzar. Tres feroces tornados arrasaron toda la cuidad dejando increíbles consecuencias, luego una gran ola de agua helada abarcó destruyendo lo poco que quedó de Los Ángeles. Varias personas sobrevivieron a la gran odisea ya que fueron refugiados en una biblioteca pública, pero eso no era poco: estaban rodeados de nieve ya que el agua se congeló convirtiéndose en grandes bloques de hielo, bloqueando las puertas y las ventanas. Después de unos días pudieron escapar y encontrar una ventana para poder salir, sólo que se presentaba otro problema: una ráfaga de viento helado llega a Los Ángeles congelando todo lo que está en su camino, si alguno de ellos saliera moriría congelado en un par de segundos. Tras la valentía de 3 hombres logran rescatar a los sobrevivientes de aquella catástrofe llevándolos a sus hogares.
“Mi opinión”
Me gustó mucho. La película te deja mucha enseñanza ya que todo lo que dice es real por que esas catástrofes pasan y con la película te das cuenta de todo lo que sufrieron esas personas.

Samantha Servetto 2º1
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Una anécdota

Un día, hace no más de tres años, mi perro era cachorro. Era un lindo día y mi hermano estaba jugando con pintura beige. Mi padre y yo estábamos afuera. Juan Mateo (mi hermano) curioso como siempre, salió a ver que era lo que estábamos haciendo por lo que dejó la pintura sobre el banco. No estuvimos más de cinco minutos afuera. Cuando entramos, estaba todo lleno de pintura, el banco, el piso y ni más ni menos: Luna (mi perro) pasó de negra a beige. La tuvimos que limpiar con toallas para bebés porque como era muy chiquita no se podía bañar. Tenía todo el cuerpo lleno de pintura, hasta la boca, ¡ah!, fue tan gracioso, yo creo que ha sido lo más gracioso que me pasó hasta ahora.

Martina Mornelli 2º3

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